Trump presiona a México con un arancel del 5% en medio de un déficit hídrico histórico y tensión diplomática
- Jesus Espinosa
- 11 dic
- 2 Min. de lectura
La amenaza del presidente estadounidense Donald Trump de imponer un arancel del 5% a todas las importaciones mexicanas si México no entrega 200,000 acres-pie de agua antes del 31 de diciembre reactivó uno de los conflictos binacionales más complejos: la interpretación y aplicabilidad del Tratado de Aguas de 1944 bajo condiciones climáticas extremas.
Un tratado en estrés estructural
El acuerdo de 1944 se diseñó para garantizar un intercambio equilibrado en dos sistemas hidrológicos clave: el Río Colorado y el Río Bravo. Sin embargo, la sequía plurianual y la sobreexplotación de acuíferos han limitado la capacidad de México para cumplir con los volúmenes. Las presas La Amistad y Falcón registran niveles críticos que afectan el abasto humano y agrícola en ambos lados de la frontera.
Trump acusa a México de un déficit acumulado superior a 800,000 acres-pie, argumentando afectaciones severas a la producción agrícola texana. Pero México sostiene que las cláusulas de flexibilidad del tratado, vigentes desde su firma, contemplan ajustes en años de estrés hidrológico, lo cual está actualmente documentado.
Implicaciones geopolíticas y comerciales
Un arancel generalizado al 5% impactaría cadenas de valor integradas bajo el T-MEC, especialmente en automotriz, agroindustria y electrónica. Analistas anticipan volatilidad en mercados, desaceleración en exportaciones y una reacción adversa en inversión transfronteriza.
Este episodio revela un elemento clave: Trump está utilizando instrumentos comerciales para incentivar (o forzar) el cumplimiento de un acuerdo hídrico, práctica que abre la puerta a nuevos precedentes de presión bilateral.
Realidad técnica: entregas parciales
El gobierno mexicano propone un esquema de entregas parciales y calendarizadas, sustentado en la disponibilidad real de caudales. La discusión técnica se concentra en cómo equilibrar el cumplimiento con la seguridad hídrica interna.
El conflicto no es únicamente de cumplimiento; es una disputa estructural entre un tratado del siglo XX y un clima del siglo XXI.



















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